
La música como herramienta terapéutica para niños con autismo
Durante años, se han llevado a cabo numerosos estudios que han ilustrado los efectos psicológicos de la música, lo que ha conseguido que la musicoterapia sea reconocida como una vertiente terapéutica de valor.
Se ha demostrado que los niños con transtornos del espectro autista muestran conductas musicales tales como:
Reproducción de ritmo espontáneo.
Atracción por ciertos sonidos, timbres o fuentes sonoras.
Realización de movimientos espontáneos ante cierto tipo de música.
Beneficios de la musicoterapia
Colaborar en su proceso de conexión con el mundo que lo rodea.
Favorecen la relación con su familia y con otras personas.
Estimular un desarrollo lo más armónico posible instaurando nuevas formas de expresión de las emociones, comunicación y movimientos.
Desarrollar y afianzar la motricidad gruesa.
Conseguir un mejor desarrollo neuromotor mediante juegos funcionales.
Estimular de manera general y según la problemática particular, aspectos del desarrollo del menor como por ejemplo la comunicación, las destrezas para establecer relaciones sociales o el lenguaje expresivo y receptivo.
Estructurar adecuadamente la sensorial idea en su esquema corporal.
Desarrollar la agudeza de los sentidos: háptico-visual-auditivo-gustativo-olfativo.
Estimular el diálogo rítmico del niño con su entorno.
Favorecer conductas de autodeterminación y creatividad.
Como se emplea la musicoterapia
Empleo de patrones musicales (vocalizaciones repetitivas, ritmos de golpear objetos, ecolalias) para desarrollar música a partir de ellos.
Uso de canciones sencillas que ayuden a mejorar la comprensión tanto del mensaje verbal como no verbal.
Distracción provista por el estímulo musical que provoca que disminuyan los comportamientos repetitivos gracias a que el cerebro está ocupado procesando la información del estímulo musical.
Utilización de improvisaciones rítmicas que permitan descargar la agresividad y descubrir sonidos creados por ellos mismos.
Creación de ritmos con objetos como cuerdas, cintas, bastones, para abordar situaciones de juego, ritmos, escenografía o incluso de teatro.

Qué tener en cuenta para plantear musicoterapia
Antes de diseñar un plan de intervención que incluya técnicas de musicoterapia, se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
La música es un medio de rehabilitación, nunca el tratamiento definitivo.
La música no solo puede relajar, sino que también puede alterar, estresar o provocar desagrado.
El guía debe poseer los conocimientos y las técnicas necesarias para utilizar los recursos de la musicoterapia.
La música genera distintas reacciones en cada persona, por lo que se debe tener un conocimiento exhaustivo del alumno.
La música posee cierto poder tanto a nivel neurologico, físico como emocional, constituyéndose, así como una herramienta más dentro del desarrollo del ser humano.
Saber distinguir cuando se emplea sonido con distintas formas, matices o timbres (melodías, armonía, voz, coro, instrumentación, etc.) de cuando éste deja de serlo y se convierte en ruido.
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